Madrigal de la Vera
¿Madrigal de la Vera? El apellido «de La Vera» es claro que corresponde a la comarca a la que pertenece pero, ¿por qué «Madrigal»?
Pues bien Madrigal se trata de un topónimo común en el área castellana; se repite, por ejemplo, en Madrigal de las Altas Torres, y localidades homónimas en Toledo y en Burgos. Orienta hacia las dos acepciones principales que este tipo léxico parece haber tenido: (1) madriguera, cubil; (2) cauce, reguera, torrentera. La segunda posibilidad es de mayor congruencia toponímica ya que la Garganta de Alardos, es un gran torrente de agua.
Ampliando información encontramos que es muy rica y conclusiva la discusión de Coromines y colaboradores sobre los derivados toponímicos de lat. MĀTRIX, -ĪCIS. Separa de un lado los topns. Madriguera, Madrigueres, que, según los casos, exhiben una significación como ‘cubil, guarida’ o como ‘cauce de agua, conducto, canal’; y de otro los topónimos Madrigal. Al analizar éstos y sus correspondencias en Burgos, Guadalajara, Ávila y Cáceres, se inclina por una acepción hidronímica: ‘curso de agua’. Menciona asimismo la hipótesis de Rohlfs, según quien Madrigal contiene un matiz colectivo o plural del que carece el término base, frecuente en la toponimia peninsular, Madriz, Madriu, Matriche. Cabeza Quiles, por su parte, muestra la difusión en Galicia de los topns. Madre, que aluden a un canal de río (y, localmente, a una presa). Así pues, se está ante un derivado de lat. MĀTRĪCE-, un MĀTRĪCĀLE- ‘corriente de agua’ o, más improbablemente, ‘madriguera’.
Riesco Chueca pasa revista a estas diferentes aportaciones y matizaciones a propósito de un paraje también llamado Madrigal en término del pueblo salmantino Calzada de Valdunciel. Es verosímil, en relación con dicho paraje, que se trate de la misma acepción que Corominas asigna a madriz ‘surco que abren las aguas pluviales en tierra’. Sin embargo, para que un fenómeno transitorio como el acarcavamiento haya podido fijarse como topónimo, es necesario que el topónimo haya designado a una zona donde la abrasión erosiva y la aparición de cárcavas tuviera carácter permanente. Para algunos autores, el topónimo Madrigal es de ascendencia árabe.